VOY A CITAR RESULTADOS DE UN TALLER QUE SE DENOMINA CONSTELACIONES COLECTIVAS REALIZADAS POR HERMOSOS MAESTROS.
UNA MUJER DICE “Sentí un dolor profundo en mi alma. Fue muy doloroso reconocer mi propia violencia, una violencia que nació muchos años atrás,…. En esa violencia, las mujeres tuvieron que excluir a los hombres para cuidarse a sí mismas”.
LAS MUJERES tuvieron que vivir el que sus hombres no fueran capaces de protegerlas de las continuas redadas de vecinos hostiles y, posteriormente, de la conquista y ataques de los españoles. Muchos hombres perdieron sus vidas y los sobrevivientes perdieron su dignidad; perdieron su estima ante los ojos de las mujeres. No se podía confiar en los hombres, murieron en guerras recurrentes y aún hoy siguen muriendo en las peleas callejeras de los cárteles de las drogas.
Minimizados en la estima de las mujeres, los hombres ya no pueden encontrar la paz en la unión con ellas. La rabia de las mujeres causada por las frustraciones colectivas del pasado, bloquea el camino de una plenitud pacífica.
¿Que respeto pueden tener las mujeres por hombres que olvidaron las reglas básicas de la humanidad y son demasiado débiles para seguir su conciencia?
Pero esta guerra no solo se queda allí en la Guerra entre hombres y mujeres, sino que las mujeres también hemos tenido que ser estrategas y hemos desarrollado una guerra de Género intensa y si les Soy Sincera a veces espeluznante, al punto de no importarnos el sufrimiento que podemos ocasionar a otra mujer
El llamado es inicar la paz con nuestro propio género, invito a las mujeres a imaginar un gran círculo Femenino y nos miremos a los ojos diciéndonos Tú como yo y Yo como tu, Tu eres yo y yo soy tu, vamos a deponer las armas y las estrategias, llamo a los hombres a unirse a este círculo porque ya las mujeres estamos preparadas para sentirnos libres, libres de soltar la carga de nuestras madres, abuelas y restablecer nuevamente en NUESTRAS almas el respeto por los hombres, sin importar lo que haya sucedido en el pasado colectivo. YA PODEMOS soltar la idea de que los hombres son muy débiles para tener una relación llena de dicha entre iguales. ESTAMOS PREPARADAS PARA renunciar a seducir a los hombres, sólo para dominarlos después.